Hay un fenómeno que se repite en el mundo: Tanto entre países como entre regiones: quien suele tener riqueza en recursos naturales no traduce estas ventajas en desarrollo económico.
Veamos el caso de tres países: Alemania, Brasil y México. Alemania es un país pobre en biodiversidad. En cambio, Brasil y México están dentro de los 13 países en los que está el 80% de la diversidad de animales y plantas del planeta. Sin embargo, el desarrollo de Alemania es mucho mayor que el de Brasil o México.
En el ámbito nacional este fenómeno se repite: Nuevo León tiene mayor desarrollo económico y social que Tabasco. Pero ocurre que éste es un estado con mucho más recursos naturales que el estado del norte.
Una causa de esta desproporción suele ser que las sociedades con abundancia de recursos no requieren de esfuerzos para conseguirlos, entonces los administran mal y derrochan. Además, estas sociedades no generan actividades productivas, como empresas de investigación, conservación y explotación de recursos naturales (menos aún sustentable), no producen infraestructura de este tipo ni invierten en capital humano.
En Huauchinango estamos dentro de una microregión megadiversa: los recursos forestales habían sido abundantes y parece que tenemos mucha agua. Y con esto se repite la historia, pues no tenemos un desarrollo económico proporcional a estos recursos. Y los pocos que nos quedan están mal administrados y los derrochamos. No hay una política de conservación y explotación sustentable de esos recursos. No conservamos ni preservamos el ambiente.
Desde hace algunos años hay factores que disminuyen la disponibilidad de agua en la región. Hay más población en la zona. La deforestación ha disminuido la cantidad de agua disponible. Las concentraciones de agua están cada vez más contaminadas y resultan, por tanto, cada vez menos útiles para las actividades humanas.
Todo ello porque hemos deforestado. La pérdida de árboles causa que la humedad no se mantenga en lo que antes eran zonas boscosas. Con ello se deja de alimentar los mantos acuíferos. No se ha invertido en tratamiento de aguas residuales que generamos.
Aunque los responsables somos todos, podemos preguntarnos qué han hecho las administraciones municipales de Huauchinango.
Hasta ahora, los organismos encargados de suministrar el servicio de agua potable se han limitado a ampliar la cobertura de tubería y drenaje, a cobrar por ese servicio, o de plano cortar el servicio a quien incumple con los pagos. Sin embargo, ninguno de esos actos dará más agua al municipio ni evitará que sigamos contaminando los ríos con nuestras descargas residuales.
En el reciente informe de gobierno, el presidente municipal solicitó el apoyo al gobernador para un proyecto de atracción de más líquido. El plan se denomina “Totolapa”. Ante la declinación de los niveles de agua en los manantiales que abastecen a la ciudad la “solución” es abrir un nuevo conducto de extracción de agua, pero no se genera más agua.
¿Entonces? ¿Y el problema de fondo? Si no se combate la tala irracional –sea legal o ilegal- en esta región y de forma eficiente, cada uno de los manantiales, pozos o ríos que abastecen de agua al municipio sufrirán desecación. Aunque se explotaran todos los manantiales del municipio, el problema no se estaría resolviendo sino postergando. La disminución de los niveles de agua y la falta de disponibilidad serán constantes en la región.
Para atender este problema que es urbano y ambiental, y atenderlo de fondo, se debe promover la reforestación de los alrededores de la ciudad. Una alternativa está en Pro-árbol. Es un programa que no sólo contemplan sembrar árboles, sino que da recursos a quienes los siembran y cuidan. Además, debe usarse el decreto de Área Natural Protegida que contempla la veda forestal para defender los bosques de la región y mantener así los servicios ambientales que nos brindan. Podríamos incluso imaginar la intervención de fuerzas federales para este cuidado.
En cuanto a que los residuos de agua de la ciudad son vertidos al cauce de los ríos, sin tratamiento previo, ¿cuál es la consecuencia?
Según un informe de la Comisión Nacional para el conocimiento y uso de la Biodiversidad (CONABIO) sobre el problema de la cuenca del rio Tecolutla (de la cual el río Necaxa y Huauchinango forman la parte alta), el río en su cuenca media y baja está altamente contaminado con coliformes. El problema tiene su origen en la falta de tratamiento de las aguas residuales de Huachinango.
Bajo el esquema “el que contamina paga”, las autoridades federales cobran multas a los ayuntamientos por descargar sin tratamiento aguas residuales a los ríos. Aunque no se emitan boletines para darlo a conocer a la ciudadanía, las multas seguramente son pagadas por el municipio. Sin embargo el problema persiste y hasta ahora no sabemos que se busque solucionarlo de fondo.
Actualmente, CONAGUA y SEMARNAT han diseñado convenios mediante los cuales se deja de pagar las multas. A cambio, el monto de la multa se invierte y comprueba en infraestructura para el tratamiento de aguas. Ésta es una manera de resolver el problema de fondo y de invertir bien el dinero del municipio.
Huauchinango se encuentra dentro de un área natural protegida. Esto significa una responsabilidad mayor para las administraciones municipales, a diferencia de los municipios que no comparten esa característica. Deben ser ejemplo de desarrollo sustentable, con acciones que generen desarrollo, respetando y conservando los recursos naturales que nos rodean.
Los problemas ecológicos no son sólo problemas de imagen, no se trata de poner la basura en su lugar o de acciones similares. Los problemas ecológicos día a día agotan la capacidad del planeta de alimentar y permitir la vida de nuestra especie. Por ello, proteger el ambiente es defender nuestra propia vida.
Esperemos que las autoridades actúen en consecuencia y den soluciones a los problemas ecológicos. Que piensen en soluciones de largo alcance y no en paliativos inmediatos, como sólo buscar de donde obtener más agua. Las opciones para esto son viables y están disponibles, ¿se tomarán en cuenta?
martes, 17 de marzo de 2009
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